Desde Bolivia nos sumamos a la campaña regional Alto! Mujeres haciendo historia con dos actividades que pretendían prioritariamente animar a más mujeres a incursionar en la edición de artículos y la posibilidad de conocer el mundo wiki. Este objetivo que puede parecer muy sencillo responde a la realidad del país en el que la calle digital replica violencias cotidianas y complica la participación de mujeres en espacios destinados al conocimiento libre.
Como parte de la iniciativa global, diversos capítulos del sur, impulsamos esta campaña. La convocatoria significó el registro de 400 personas que fueron parte de una maratón de edición y de esta forma se contó con una amplia cantidad de registros fotográficos en Wikimedia Commons. Estas acciones son parte de un trabajo constante para reducir la brecha de género en los proyectos Wikimedia. Justamente la portada de este artículo es el registro fotográfico de la toma de un espacio público durante las marchas del 8M en Bolivia. Esta fotografía fue premiada en un concurso Arden las calles, iniciativa de Wikimedia México llevada a cabo el pasado noviembre.
La calle digital
Hasta hace algunos años las marchas por el 8M reunían a un centenar de mujeres, eso ha cambiado. Han cambiado también las condiciones de las mujeres frente al acoso digital, sin embargo, la calle digital es aún un espacio en el que se reproducen y en ocasiones se amplifican las violencias cotidianas por temas de género.
Entre las varias características de la presencia en la calle digital se suma la calidad deficiente del Internet, así como la notoria falta de normativas que resguardan la integridad de las personas en estos espacios. Por su importancia, algunos de estos temas han sido tratados en las sesiones de Leamos Wikipedia en ámbitos municipales en los que se han identificado que es importante acompañar a navegar en Internet entendiendo nociones de seguridad y autocuidado.
Existen valiosas iniciativas de instituciones en el país que desde los principios más básicos amplían su trabajo hacia el cuidado de la identidad y seguridad digital. En este sentido, desde el año pasado hemos ido afianzando una alianza con Internet.org que trabaja estos temas en ámbitos ya consolidados.
¿Qué hicimos desde Bolivia?
El 2024 consolidamos cinco años como grupo de usuarias reconocido por el AFFCOM, 2 años de trabajo mediante un Grant anual y más de diez años de trabajo voluntario. Con el bagaje de los aprendizajes previos, este año nos sumamos a la campaña regional con dos actividades, un taller de edición y un conversatorio con reconocidas figuras locales en la literatura sobre la mirada femenina y la mirada masculina.
Realizamos el taller de edición en la Fundación Flavio Machicado Viscarra, iniciamos con una breve explicación con datos generales sobre Wikipedia en español y la guía de los primeros pasos para editar y finalmente nos pusimos manos a la obra para mejorar o iniciar artículos sobre mujeres bolivianas relevantes en la historia del país.
Como resultado de esta jornada ahora contamos con artículos sobre leyes como el de la Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia y mujeres bolivianas como el artículo de Barbarella y la fotógrafa Wara Vargas. Por otra parte, consideramos que este tipo de eventos consolidan la alianza que tenemos con espacios como el que acoge a las Flaviadas.
Además se posibilitó la conexión de personas con distintos intereses y la participación prioritaria de mujeres de distintas edades. Incluso nos acompañó la periodista Lupe Cajías, que colaboró en la edición de un artículo.
Conversatorio sobre la mirada de mujeres bolivianas en la literatura
También desarrollamos un conversatorio para conversar sobre la representación de mujeres en el arte y la literatura. Invitamos a la curadora Tatiana Suarez, la escritora paceña Vicky Ayllón y la escritora alteña Quya Reyna. Se hace hincapié en el lugar desde el que estas mujeres construyen su mirada. En este espacio se compartieron algunos análisis que a su vez consideramos pertinente compartir.
Cómo se construye conocimiento importa. Tatiana Suarez nos invitó a trabajar desde el contraste de fuentes y complementar perspectivas. Se plantea evitar el sesgo de género androcéntrico y el male gaze. De esta forma compartió cinco sugerencias para reconstruir la memoria de las mujeres.
Virginia Ayllón gatilló la conversación con la pregunta: “si el lenguaje es patriarcal cómo lo usamos para escribir sobre nosotras”. También señaló la necesidad de recuperar nuestras genealogías y reconocer la voz de nuestras abuelas. De esta forma compartió una perspectiva enriquecida por lecturas de autoras feministas y la construcción teórica que nutre su propia narrativa.
Por su parte Quya Reyna trabajó el lenguaje desde la alteridad para la reconstrucción de la figura histórica de mujeres aymaras. De esta forma señaló que la representación política de mujeres se desarrolla como una figura de acompañamiento a lado de un hombre. Es decir que las mujeres son entendidas como sujetos culturales antes de sujetos políticos, el mérito siempre es el vínculo con un hombre o una característica de vestimenta y cultura.
De forma natural la conversación derivó en el uso de Inteligencia Artificial y desde el equipo brindamos una breve introducción a cómo se aborda el tema desde el movimiento. Esto se resume en lo señalado por la Coordinadora Olga Paredes: “para el movimiento, el conocimiento es humano”.
Finalmente, cerramos las actividades del equipo con un diálogo realizado con trabajadoras del hogar para establecer una forma de trabajo para una sesión presencial con temas de interés que se identificaron.
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